Trato de entenderlo...

Te juro que ya voy entendiendo, que debe y que no debe tomarse mi alma, como servirme el café, como tomar el pan, como agradecer el desayuno, la comida y la cena, como dejar descansar al foco, como relajar las manos y meterlas al bolso para que aprendan a sentir lo que se fue, a no comerme las letras con su obviedad eterna, porque tu al igual que yo aprendimos lo mismo, porque vivimos con lo mismo…
Hoy aprendí a remojar las galletas, a preguntarme porque las ahogamos, a preguntarme porque me pregunto, a tender las camas, a seleccionar las sábanas, a barrer lo viejo y fingir lo nuevo, a poner acentos, aún sigo en eso, a dejar dormir el cuerpo, que aún no descansa bien desde aquel día que ya no estuviste aquí, que sigo pensando y en pensar se van las tardes, en las que el agua trata de venir pero no llega al total encuentro con nuestra tierra, porque a la mejor aún no lo merecemos, quizás debamos secarnos un rato, para cuando estemos apunto de dejarnos podamos renacer con una gota propia, con lágrima propia que nos lleve a sentir… me están enseñando a decir lo que siento, a que el dolor en las manos no afecte mi trazo, a reventar las ganas que te tengo y a no aceptar que amar es sinónimo de libertad, porque hoy, mas bien ayer, muy ayer, me enseñaron a doblar el alma y guardarla con la ropa no doblada, te juro que ya voy entendiendo, pero es muy difícil cambiar lo acostumbrado, ya se servirme el café, tender la cama, ¿y ahora?, ¿Qué más debo aprender de ti?..